jueves, 22 de julio de 2010

Día 3: 19 de julio - Amsterdam

Hoy, después de dormir apenas una hora (bueno, Toni y Chino sólo unos cinco minutos), hemos cogido el tren hacia Ámsterdam, dentro del cual nos hemos quedado catacroquer (o sea, dormidos), así que a Toni no le ha pasado ninguna desgracia.

Después de asentarnos en nuestro hostal, en el que compartimos habitación con tres personas más (un húngaro, una francesa y una apátrida -bueno, en realidad es de nacionalidad desconocida-todos ellos gente muy... extranjera), el día no ha sido muy fructífero porque hemos tenido una resaca peor que Massiel después de una boda.

Quizá lo más interesante haya sido conocer a tres asturianas muy simpáticas que duermen en la habitación de debajo de la nuestra. También hemos dado una vuelta por la ciudad, pero estamos tan reventados que nos hemos vuelto al hostal a la hora a la que los Lunnis salen de fiesta.

En la habitación Toni ha comenzado un letargo de 15 horas (de las 7pm hasta las 12 del mediodía del día siguiente), así que Pere al ukelele de Fallas y Javi con la turuta han interpretado bellos ritmos de bossanova desde la ventana para unas chicas danesas del hostal de en frente. Con el ritmo en las venas Juan y el Chino han hecho la brillante sugerencia de salir a la calle a dar un recital, así que hemos ido con el fresquito nocturno holandés a la Museumplein. Allí Pere afirma haber conocido a la mujer de sus sueños: una chica que nos ha hecho unas fotos
con la cámara réflex y nos ha dicho que es fotógrafa desde hace años, pero al final el romance ha acabado sin que Pere hiciera nada. Ella se fue y él siguió tocando el ukelele. Tras esta estampa, nos hemos retirado a dormir

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